Gerard Croiset vidente, el localizador holandés
Gerard Croiset vidente o Gerard Boekbinder fue un famoso parapsicólogo y vidente holandés, que practicaba la psíquica y psicometría. Sus poderes incluían la curación y además ganó fama internacional por su capacidad de localizar tanto a personas, como objetos o animales perdidos.
Nació el 10 de marzo de 1909 en la ciudad de Laren, ubicada en el norte de Holanda y murió en Utrecht, Holanda el 20 de julio de 1980, a sus 71 años. Los padres de Gerard Croiset eran unos judíos profesionales del teatro.
La infancia de Gerard Croiset vidente
La niñez de Gerard no fue del todo feliz, sus padres que se divorciaron cuando él tenía solo ocho años y lo desatendieron por lo que fue descuidado y objeto de abusos en una serie de hogares substitutos y orfanatos.
Sus dones de clarividencia se manifestaron desde que era muy pequeño, según afirma incluso antes de cumplir seis años; frecuentemente era castigado por hablar de sus visiones. Al cumplir trece años dejó la escuela y comenzó a desempeñarse en una serie de oficios de bajo nivel y de mano de obra no calificada.
Gerard Croiset vidente empezó a tomar conciencia de sus dones cuando era joven en un trabajo para un relojero; una ocasión sostuvo una regla perteneciente a su jefe y vio una serie de acontecimientos relacionados su vida, los cuales el jefe confirmo eran exactos.
Inicio de su carrera profesional
Hasta el momento Gerard Croiset vidente seguía experimentando sus visiones en forma simbólica pero aun no sabia interpretarlas. En 1934 Croiset se casó con Gerda Ten Morsche, la hija de un carpintero, con quien tuvo cuatro hijos.
Para mantener a su familia, Croiset abrió una tienda de alimentos pero ya que era un mal administrador al negocio no le iba del todo bien. En 1935 un antiguo cliente le presentó a Gerard unos espiritistas locales quienes le ayudaron a desarrollar sus facultades psíquicas.
Luego de la Segunda Guerra Mundial Croiset era consultado por las autoridades policiales holandeses en casos de asesinatos o personas desaparecidas. Se había hecho de una reputación como consultor confiable en el ámbito de las personas desaparecidas, y su fama se extendió más allá de Holanda.
Incluso en una ocasión dijo que al examinar la propiedad de una mujer asesinada proporcionaría información precisa relativa a su asesinato, además revelo el nombre de su asesino, este nombre corresponde a un hombre que estaba detenido en relación con el asesinato.
Durante esos años Gerard Croiset vidente también se ganó una reputación en su carrera como un sanador psíquico, tratando a solados heridos en guerra. Permitía además que las personas lo visitasen en su clínica para sesiones de curación.
Las conferencias de Willem Tenhaeff abrieron nuevas oportunidades
Para diciembre de 1945 asistió a una conferencia sobre parapsicología en Enschede ofrecida por el doctor Willem Tenhaeff, de la Universidad de Utrecht. Fue tanto el entusiasmo de Croiset, que se ofreció para ser uno de los sujetos de prueba de Tenhaeff.
Luego de varios meses de pruebas en La Universidad de Utrecht, el doctor Tenhaeff concluyó que Croiset era uno de los psíquicos más notables que había encontrado ya que sus habilidades eran extraordinarias y las controlaba bajo energía constante.
Al paso del tiempo Tenhaeff se convirtió en mentor de Croiset y este lo introdujo en diferentes trabajos policíacos, resolviendo crímenes en más de 6 países lo que lo llevo a ser conocido por un público internacional.
Algunos de los trabajos de Gerard Croiset
Gerard Croiset vidente localizó infinidad de documentos perdidos para oficiales públicos e incluso ayudó a eruditos a identificar manuscritos y artefactos históricos, pero su gran pasión era encontrar niños perdidos.
Todo comenzó en 1966 cuando fue invitado a Adelaida, en Australia del Sur para ayudar en una investigación relativa a la desaparición de los tres hijos de Beaumont, quienes habían desaparecido en una playa sin dejar rastro alguno.
Sus gastos fueron pagados por el magnate de las propiedades de los ricos Con Polites quien estaba interesado en el caso. Durante su estadía en Australia atrajo gran publicidad, pero no pudo encontrar ningún rastro de los niños desaparecidos.
Luego de varios años la reputación de Croiset quedó devastada por sus fracasos bien publicitados, sin embargo logro un éxito más notable en la década de 1970 cuando fue invitado a Tokio, Japón para localizar a un niño perdido.
Gerard había proporcionado una descripción de la ubicación en la que su cuerpo podría ser encontrado dentro de las 24 horas y cuando el cuerpo fue encontrado después de seguir sus instrucciones, todos los detalles parecían coincidir aunque no hay fuentes independientes conocidas que lo afirmen.
En mayo de 1976 logro otro caso exitoso nuevamente en Japón, esta vez para una estación de televisión japonesa para ver si podía ayudar a localizar una niña perdida de siete años de edad. Al mostrarle una imagen de la niña desaparecida Croiset declaró que estaba muerta en la superficie de un lago cerca de su casa y un muelle para embarcaciones cerca de una estructura que sobresale amarilla.
Mas tarde se hayo el cuerpo de la pequeña flotando en el depósito cerca de un muelle para botes de remos y una torre de suministro de agua pintada de color amarillo. A pesar de que la prensa se admiraba de habilidades paranormales de Croiset, algunos policías declararon que habían encontrado el cuerpo de la chica sin la ayuda de Croiset.
Gerard Croiset fue examinado por parapsicólogos de todo el mundo y realizó muchas lecturas psíquicas por teléfono, un instrumento que utilizaba para así reducir el número de imágenes mentales confusas a un mínimo.
Además fue investigado en condiciones controladas por el Comité Belga para la Investigación Científica de Fenómenos Paranormales pero no encontraron ninguna evidencia de alguna capacidad psíquica.
Croiset afirmó que ayudó a resolver el caso de un asalto de una niña en Wierden, Holanda sin embargo el jefe de la policía de la localidad declaró que la información de Croiset era inexacta y sus comunicaciones no se utilizaron en el caso.
Según el parapsicólogo holandés Willem Tenhaeff, Croiset tenía auténticos poderes psíquicos debido a la información que había dado en los casos de la policía, sin embargo, se descubrió que gran parte de los datos de Tenhaeff fueron fraudulentos.